Reflexiones sobre el impacto de la nueva política cambiaria nacional en el mercado inmobiliario
A fines de octubre de 2011, con
el dictado de la Resolución 3210 por parte de la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP), empezó a delinearse un nuevo panorama cambiario en Argentina,
estableciéndose el requisito de una autorización obligatoria previa del
organismo fiscalizador como condición imprescindible para acceder a la compra
de divisa extranjera.
A partir de entonces se ha establecido
en nuestro país una línea progresivamente restrictiva respecto a la compra de
moneda extranjera, y ello encuentra una nueva manifestación en la reciente Comunicación “A”
5318 del Banco Central, dictada con fecha 5 de julio de este año.
No puede soslayarse que la divisa
extranjera ha tenido un lugar trascendental en el marco de la previsión y
concreción de transacciones inmobiliarias. Es por ello que resulta evidente que
las consecuencias derivadas de esta nueva política cambiaria gravitarán
sensiblemente en este ramo de la actividad comercial, ejerciéndose una
ostensible presión hacia la utilización del peso argentino como medio de pago
en las operaciones inmobiliarias.
Una de las alternativas
negociables que ha cobrado especial significación en los últimos tiempos, en el
mercado inmobiliario, radica en la constitución de fideicomisos al costo. La
creciente inscripción de estos fideicomisos ratifica su lugar destacado en la
industria de la construcción en la actualidad, y la utilización de esta figura
jurídica ha encontrado justificación, entre otros aspectos, en las facilidades
que ha ofrecido en punto al financiamiento de emprendimientos inmobiliarios.
Este fenómeno no ha pasado
inadvertido para el órgano fiscalizador, que ha aumentado los controles sobre
los fideicomisos y que, particularmente, ha argumentado la necesidad de evitar
maniobras de evasión impositiva.
Ahora bien, las medidas
anteriormente referidas respecto a las severas restricciones a la compra de
divisas y la nueva política cambiaria promovida en nuestro país limitan en
forma ostensible la posibilidad de intervención en el mercado de divisas, lo
cual repercutirá, claro está, en el planeamiento y desarrollo de negocios
inmobiliarios y en las opciones de financiamiento de dichas transacciones.
En el contexto actual, el sector tendrá
un desafío crucial, puesto que deberá encontrar alternativas viables para ajustar
y adaptar los negocios inmobiliarios a la nueva situación económica y
cambiaria, procurando mantener el nivel de la actividad y la inversión,
sostener los índices de empleo y conservar el lugar preponderante que la construcción
ha tenido en los últimos tiempos en nuestro país.
Dr. Gabriel Martinez Niell
Estudio Grispo & Asociados
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